La caída de los Gigantes, Ken Follet

Título: La caída de los gigantes.

Autor: Ken Follet.

Género: Novela histórica.

Editorial: Plaza y Janés Editores.

Si alguien se pregunta por qué he elegido esta novela para hacer mi primera crítica, os diré que responde a una causa práctica: es el último libro que he leído. Si alguno lo conocéis, sabréis que es un volumen de 1024 páginas, así que hay que tomárselo con un pelín de tiempo.

La caída de los gigantes  es la primera obra de una trilogía de novela histórica denominada The Century y se enmarca en la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. La siguiente, El invierno del mundo (ya disponible en las librerías), abarca la Segunda Guerra Mundial y la tercera (se espera su publicación en 2014) se centra en la Guerra Fría.

La caída de los gigantes se publicó el 28 de septiembre de 2010 de manera simultánea en todo el mundo. La acción transcurre entre los años 1911 y 1924 y está protagonizada por cinco familias de diferentes nacionalidades:

–           Los Williams, galeses. Familia humilde, formada por el matrimonio, un hijo, una hija y el abuelo. El padre es sindicalista y trabaja en una mina, junto a su hijo. La hija sirve en la mansión de los Fitzherbert. Ken Follet les atribuye un especial protagonismo, probablemente porque él es galés.

–           El conde Fitzherbet, su esposa, su hermana y su tía. Aristócratas ingleses, dueños de la mina de carbón.

–           El senador Dewar, junto a su esposa e hijo. Estadounidenses.

–           El diplomático Von Ulrich, su esposa, su hija y su hijo (agregado militar de la embajada en Londres). Alemanes.

–           Los dos hermanos Peshkov. Obreros metalúrgicos con pocos recursos económicos.

Estas familias son el eje de la historia, pero aparecen muchos otros personajes, algunos de ellos incluso reales, como pueden ser Woodrow Wilson, Winston Churchill o Lenin. Las vidas de todos ellos se entrecruzan a lo largo de la novela, escrita en tercera persona, y contada desde los puntos de vista de los diferentes protagonistas, mientras se ven envueltos en distintos acontecimientos históricos. Ken Follet hace una aclaración al final sobre dónde acaba la realidad y dónde empieza la ficción, porque según avanzas en la lectura, te preguntas a ti mismo: ¿Todo sucedió de esta manera?

Lo peor: Cuesta un poco arrancar. Ves que es un tomo grande y el principio no está mal, pero se va poniendo más interesante según pasas las hojas. La mayoría de críticos de Follet lo acusan de hacer personajes “planos”, sin profundidad, donde los malos son muy malos y los buenos son muy buenos, y de la abundancia de clichés: el rico, el pobre, el jeta, etc. Es probable que parte de razón tengan y en muchas ocasiones te quedas con ganas de saber más de esas personas y de sus relaciones. Por otro lado, le achacan que se vale en demasía del recurso de la injusticia para enganchar al lector. Yo tengo que admitir que conmigo lo consigue, a pesar de ser cierto que hay veces que tienes la sensación de que eso ya lo habías leído antes.

Lo mejor: Leer el libro ha sido como recibir una fabulosa clase de historia. Todos hemos visto muchas películas basadas en la Segunda Guerra Mundial, sin embargo la Primera y la Revolución Rusa son mucho más desconocidas (por lo menos para mí). La documentación de Follet al respecto es excelente. A pesar de haber gran cantidad de personajes, no cuesta nada seguir el hilo. Está bien escrito, bien estructurado, no se descubren salidas de tono y las tramas que se abren se cierran.  Me encanta también el tratamiento de los personajes femeninos, a los que otorga una gran fuerza y cómo hace mención al tema del sufragio.

¿Lo recomendaría? Sí, sin duda, y de hecho estoy deseando leer el siguiente. Aunque quizás no se lo aconsejaría a todo el mundo, porque es una novela larga y densa y tiene que atraparte desde el principio para no abandonar su lectura.