Como ya os comenté en el anterior post, aquí está el segundo artículo dedicado al microrrelato. En este caso, vamos a ver siete consejos útiles a la hora de embarcarnos en la creación de esta construcción literaria.
- El microrrelato no es un resumen de una historia más larga, debe de tener entidad por sí mismo.
- El argumento no debe de ocurrir en muchos escenarios, ni alargarse excesivamente en el tiempo, ni han de existir demasiados personajes.
- Tan importante es elegir lo que se cuenta, como lo que no se cuenta. No debemos irnos por las ramas ni describir aquello que no sea indispensable. Deja al lector que imagine.
- Ya hablamos de la importancia del título. Os recuerdo que no ha de ser demasiado explícito, para no restar interés a la obra, pero debe contener parte de la historia, desvelar algo que falta en el relato. Incluso, en ocasiones, puede ser más importante que el propio cuerpo del microrrelato.
- La frase final es de vital importancia. Debe rematar por completo el cuento y dejar al lector con la sensación de haber merecido la pena leerlo.
- Utiliza la elipsis. Funcionan muy bien aquellos microrrelatos en los que contamos lo esencial, pero dejamos una parte oculta que haga reflexionar al lector. Otra opción es comenzar la historia en un tiempo intermedio, haciendo al lector cómplice, como si ya tuviera que saber que había sucedido antes.
- Los juegos de palabras y los dobles sentidos son un recurso también muy interesante.
Voy a poner un ejemplo muy simple para que se entienda lo explicado con anterioridad:
La sentencia.
Javier esperaba nervioso en la sala, con el gusto amargo de saber que es más duro el vacío final que la lucha. Al oír la palabra culpable, cerró los ojos y una lágrima resbaló por su mejilla.
En este microcuento hay un único personaje (Javier) y un único escenario (una sala). El tiempo que transcurre es indeterminado pero sabemos que breve. El título nos cuenta qué va a suceder en la historia y sirve de introducción. El relato comienza en un momento intermedio (el delito y el juicio ya han sucedido y estamos a la espera de un veredicto) y usamos la elipsis (el lector no sabe qué ha ocurrido hasta ese momento). El juego de palabras crea confusión sobre Javier y no podemos adivinar si es el imputado, un familiar o amigo del mismo, la víctima, etc. Es probable que a cada lector le sugiera algo diferente. Por supuesto, esto es un ejemplo muy sencillo en el que todos los recursos están muy claros para que se entiendan bien. Después, debemos jugar con ello y dejarlo fluir.
Ejercicio: Escribe un microrrelato o varios y mandámelos para mi reto “Préstame tus palabras”.
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